Renovando Guardaropa (Libre)

Necesitaba ya! ir a renovar mi guardaropa ¿por que? por el simple echo de que ya no encontraba alguna prenda que ponerme, sin contar claro de que tenia un monton pero regalaria las que ya no me quedaban; vamos! soy una narco buena, algo raro lose...pero lo soy.

Conduje hasta el Centro Comercial y entré directamente hacia mi tienda favorita "Dior". Enmpezé a recorrer el lugar llenado mis ojos de las nuevas colecciones mientras tomaba unas cuantas que a simple vista sabia que me quedarian estupendamente.

Una tarde libre, hacía mucho tiempo que necesitaba una. Había terminado el mediodía de patrullar por las calles y esa tarde era su momento de descanso, cosa que le venía fantásticamente bien. Salió de la comisaría, vestido con una camisa blanca y unos pantalones tejanos de color negro, que le quedaban bien, él lo sabía, por eso los llevaba. Primera cosa que debía hacer, una buena comida en algún restaurante, cosa que pronto tuvo satisfecho al encontrarse muchos restaurantes cercanos a la comisaría. Una vez terminado de comer, se dirigió a MQ para ver todas las tiendas de ropa, quizás encontraba a alguien conocido y podía distraerse un buen rato. Caminaba con tranquilidad, cuando fijó su mirada en un coche aparcado delante del centro comercial, lo conocía muy bien, su propietaria era la única chica en la que él estaba muy interesado realmente, Helena.

Pronto encaminó sus pasos hacia las tiendas de ropa, seguro que estaba mirando vestidos o prendas que comprarse, que mejor que buscarla y parecer que había sido un encuentro casual, pero tenía muchas ganas de verla. Al pasar por delante de la tienda de Dior vió a Helena de espaldas mirando y cogiendo distintas prendas, que seguro que le quedarían de maravilla, por eso entró en la tienda, esperando que no le viera hasta que se colocó justo detrás, donde le susurro - Seguro que pruebes lo que te pruebes, te quedaría genial - Con una sonrisa en los labios espera a que se de cuenta de quien es y que puedan charlar un rato, incluso acompañarla de compras, quien sabe.

Estaba tan ensimismada mirando la ropa y escojiendo entre dos ropas que me gustaban pero necesitaba ver que ninguna tuviese alguna falla por que, si fuera el caso, la descartaria inmediatamente cuando alguien me susurro en el oido pero antes de darme cuenta de quien era me sobresalte dando un paso hacia adelante y pegando un pequeño grito antes de darme la vuelta y mirarlo, ahí, con esa sonrisa en sus labios, esos labio su que me llamaban pero no podia hacerlo, primero por que aun no tenian ni siquiera una cita pero más que todo por que él se meteria en problemas por salir con la mismisima Jefa de los de Norte y yo me meteria en problemas por salir con un poli, corrupto o no, era un poli y le debia a su juramento. Suspire antes de reaccionar, era un amor prohibido y muy peligroso.

Hola- lo saludé en cuanto reaccioné- no, no lo creo- le aseguré antes de enseñarle una parte del vestido- ¿Ves esto? se va a romper en cuanto haga algún movimiento brusco y definitivamente eso no me favorece, no quiero andar enseñando más de lo normal por ahí, las personas empezarian a pecar- le aseguré divertida antes de desechar el vestido y tomar otro- ¿Qué haces por acá?- le pregunte curiosa. Ya sabia que debia controlar ese pequeño detalle pero no podia, era algo que lo habia heredado de su madre, eso siempre le dijo su padre, y que fue acumulando más durante todo este tiempo.

Ella parecía totalmente desconectada del mundo ene se momento, parecía que solo existían esas prendas de ropa y ella, para su propia mente. Se sorprendió de verla tirarse hacía delante y oír el pequeño grito que había salido de ella, aguantándose la risa por haberla asustado. Y él juntó ambas manos, riéndose ligeramente - Perdona, no quería asustarte, solo que se te veía tan encantada, que no sabía como venir a saludarte - Volvió a sonreír mirando a la chica, un rostro bello como ninguno, un porte elegante que solo era suyo, una sonrisa que hacía temblar cada poro de la piel de Gunnar, solo podía definirse como Helena, era ella, a él se le acababan los adjetivos en la mente con los que calificarla. Pero nunca habían salido, ella estaba dentro de la mafia aunque no participaba tanto como muchos de los que estaban metidos y él era policía, era complicado, pero no imposible. Solo dejaba de ser imposible si a ella le gustaba.

Le guiñó un ojo ante su saludo, casi nunca era vergonzoso delante de las chicas, siempre solía ser abierto y sin pudor de mostrarse tal como era. Observó la parte del vestido que le enseñaba - Dudo que algo de esto te quedara mal, Helena, dime que se poco sobre ropa, pero yo creo que te quedaría bien, la verdad, aunque si tu dices que acabarías enseñando más de lo normal, seguro que muchos chicos querrían pecar - Dejó escapar una carcajada ante la broma que le hace, para seguir mirándola directamente a los ojos, aguantando la intensidad de sus ojos - Venía de comer, tengo la tarde libre y me encontré con tu coche en el aparcamiento y entonces supe que estarías de compras y me apetecía hacerte una visita, quien dejaría ir sola de compras a una chica tan guapa? quien le aconsejaría desde el punto de vista varonil? - Se rió otra vez, guardándose las gafas de sol que tenía en la mano, en el bolsillo que tenía en el pecho, esperando su reacción.

Sonreí cuando dijo que me daria un consejo en el punto de vista varonil- mmm...eso es una propuesta muy interesante- le aseguré- pero claro, tu compañia seria linda- acepté haciendo enfasis en "Tú" ya que si no fuera su compañia, realmente no seria lo mismo que estar con otra persona.
Le di un besito en la mejilla y continué con la ropa mientras revisaba que cada cosa que compraria sea buena por que sino lo devolveria y haria todo por que me devuelvan la inversión.