Bando del Norte}

Despertar era algo que siempre solía hacer muy temprano, jamás iba a levantarme tarde ni nada por el estilo, sabía perfectamente que debía ocupar mi mañana para las cosas de la universidad, fui directo a la ducha, me di una de esas reparadoras las que te ponían las pilas en las mañanas, el día no era algo feo, para nada, aunque el sol no tocaba mucho la ventana de mi habitación, parecía que se asomaba por un lado, nada espectacular como hacía un par de días donde el sol pegaba 100% en mi cara al despertar, porque si, prefería dormir con la ventana entreabierta, sabía que estaba cansada por la carga que traía en mi la universidad, salí de la ducha con una sonrisa en el rostro, como siempre podríamos decir, me vestí con unos pantalones ajustados y una blusa de manga tres cuartos, nada fuera de lo común, eso si, que me puse unas botas al estilo baquero, cosa que solo hacía en los días de poco calor, como lo era este. Luego de arreglarme fui a la cocina por algo de comer, saqué una tarta del congelador y preparé café bien cargado como me gustaba, me senté y prendí la televisión, lo mismo de siempre peleas callejeras, robos a bancos, gente famosa y choques de autos. Apagué la televisión con una mueca de disgusto, ya que no daban nada interesante, serví mi café y fui a hacer mis cosas, tenía clases en unas cuatro horas por lo que simplemente estaba relajada. Arreglé mi bolso y estudié unos textos, miré la maqueta que tenía en la mesa de noche, estaba a la perfección, me sentí bien conmigo misma e incluso sabría que resaltaría en la clase, eso me hizo sentir importante solo por cinco segundos ya que luego vino a mi ese pensamiento de que todo mundo estaría mirándome y a la vez criticándome, suspiré y terminé con mis asuntos.

Ya pasado el tiempo y luego de haber estado mirando el techo por mucho tiempo era la hora de partir, tomé mi bolso y las llaves de casa, me despedí de quien me encontré en el camino a la salida y luego tomé rumbo hacia mi universidad con la maqueta en la mano. Siempre me decían que usara un auto, yo simplemente prefería ir caminando, me quedaba relativamente cerca por lo que así podía aprovechar el aire. Llegué a la universidad y me encontré con un par de chicas, con las cuales entré caminando y comentando las maquetas, luego de caminar me encontré con Dominic, le sonreí y besé su mejilla en forma de saludo, el tomó mi maqueta, en realidad era un chico encantador, me sonrojé por eso y luego caminé a su lado conversando mientras las chicas caminaban adelante. Generalmente no me tomaba mucho en cuenta el, era algo extraño, pero esta vez había sido caballeroso conmigo, eso me hacía sentir mucho mejor, si bien el era el polo más opuesto a mi, congeniábamos en casi todo, e incluso era con quien conversaba más que con cualquiera, ya que simplemente yo pasaba desapercibida en clases, ya que prefería quedarme callada sin opinar, el era lo contrario, apuesto, galán y siempre servil, popular por sobre todo, muchas morían por el pero casi todas se lo guardaban para ellas, pero siempre el estaba con una sonrisa algo seductora en el rostro, definitivamente conquistaba. Ya habíamos llegado al salón de clases, me senté al medio como siempre en la ventana para mirar hacia fuera cuando estaba algo ida de todo lo que me rodeaba. Escuché al profesor atentamente, cuando vi una chica entrar por la puerta, algo parecida a mi, ella también pasaba desapercibida, la vi con su maqueta algo gastada, murmuros se escucharon por el lugar, unos rieron otros simplemente la miraban con la boca abierta, yo la miré con cara de preocupación, el profesor al igual que yo, me quedé pensando en que le pasaba porque traía la maqueta a clases de esa forma si ella siempre tenía las cosas bien hechas, su mirada se cruzó con la mía y le sonreí hasta incluso moví un poco mi mano en forma de saludo luego miré para el frente, pasaron personas con sus maquetas, el profesor las miraba de arriba hacia abajo y luego movía la cabeza para dar la nota a continuación de aquello. Al momento de llegar al puesto de la chica solo sonrió y caminó hacia la siguiente maqueta, así fue dando las notas hasta que llegó a mi puesto, lo miré algo nerviosa, siempre me pasaba lo mismo, algunas chicas rieron de mi, yo solo las miré algo extrañada y ellas cesaron su risa, no me gustaban los malos tratos, pero odiaba que se burlaran de mi, además sabía que había echo bien las cosas. El profesor me miró y luego a la maqueta, abrió la boca y me dio la nota más altas, muchas chicas murmuraron entre ellas, yo solo sonreí y puse una de mis manos en mi barbilla apoyando mi codo en la mesa, me quedé pensando que realmente esa nota era genial, no tomé en cuenta nada más. El profesor dejó ir a un pequeño break, yo me quedé sentada y vi que el se acercaba a la chica, ella empezó a llorar y el le dijo que tenía que arreglarla que le daba otra oportunidad, en realidad se notaba que simplemente algo le había pasado, ella empezó a arreglar su trabajo y yo me acerqué y sin decir nada le comencé a ayudar, unas chicas aparecieron y comenzaron a molestarla, yo me paré sin decir nada y las miré de mala gana, ellas cesaron, en realidad no entendía que pasaba, como me tomaban tanto en cuenta?, no sabía el porque... pero hacía sentirme bien, no me gustaba que pasaran a llevar a la gente, por eso me sentía menos pequeña de lo de siempre, no me molestaba eso, pero me hacía sentir rara. Seguí con la chica la cual me dio las gracias al terminar de rehacer su maqueta, la pudo presentar y sacó una nota por debajo de la mayor, le sonreí cuando me miró.

Así pasaron las horas, salí de clases, la única que tenía en el día y me fui con mi buena nota para casa a descansar, en verdad me cansaba todo, ahora tenía que hacer otra maqueta con lo que nos habían pasado en clases, era para un par de semanas, pero sin embargo me puse a hacerla en el momento que llegué a casa, luego de ello comí algo y me quedé dormida, sentí que alguien entraba, me arroparon y mis ojos calleron pesadamente hasta el otro día. En el cual, por primera vez me levantaba tarde, saliendo apurada a clases...

Como siempre, me encontraba unos cuantos pasos atras de Dylan, nos encontrabamos esperando a la señorita Helena, como era de esperarse, una mujer necesitaba de horas para poder maquillarse, en mi opinion personal ella no necesitaba maquillarse pues era una mujer hermosa, pero mantendria mi posicion como guardespaldas y no quejarme. Ahi nos encontrabamos esperando, yo en mi pose como siempre alerta, dura y seria. A los pocos minutos ella ya estaba ahi con nosotros. Ella saludo a Dylan y ella con su encanto natural empezo a bromear sobre mi actitud tan seria y dura. Yo como siempre mentendria mi postura fria y seria. Suspire al instante que ella me tomo del brazo juguetona, pero yo no reaccione de ninguna manera ante eso dejando que ella se cansara de mi. Dylan puso una cara irritada por el comportamiento de Helena, ella solo me dejo en paz y comenzaron a caminar y yo a seguirlos viendo los alrededores y parando bien la oreja por cualquier cosa. A pesar de que yo era el guardespaldas, me sentia mas que ellos, no por un trabajo me sentiria menos de lo que en realidad era.

Dormir con la enorme satisfacción de que había echo algo productivo en el dia: le entregaba una gran satisfacción.

A veces se preguntaba si una persona podría llegar a ser más hipócrita. El, dejando muy de lado su trabajo como mano derecha de Dylan en el bando del norte, era tranquilo. Le hubiera gustado vivir una vida normal como civil pero entonces su vida no tendría sentido. No había cosa que mas disfrutara que sentir la adrenalina correr por sus venas o tener que estar siempre atento por que su vida corría peligro.

Su trabajo era todo lo que el necesitaba para sentir tal sensación:
Como jefe del hospital y del área de cirugía podía curar a miles de personas, muchos pacientes diariamente salían con una sonrisa en el rostro, el curar a los miembros de su bando para no perder a mas hombres, hacer que la banda se conociera por ser fuerte y no justamente por que era débil. También le agradaba y bastante.
Siendo el dueño del Hotel Lipton, de los mas importantes de la parte norte de la ciudad. Le había otorgado el “honor” de ceder el espacio para un laboratorio clandestino, sabia muy bien que si algo pasaba y eran descubiertos el peso completo caería sobre el.
Pero eran de esas cosas que le daban una importancia a su vida.

El reloj sono ruidosamente como cada mañana, es algo molesto de por si pero si te acostaste hace unas horas pues.. si es peor. Movi mi brazo con algo de brusquedad haciendo que el mismo callera de la mesa de noche estrellandose contra el suelo.. -Que porqueria- suspire hundiendo aun mas mi cabeza en la almohada..
Me quede tendido unos minutos para luego ponerme de pie y comenzar a vestirme. Analize mentalmente mi agenda del dia de hoy, pasaria por el hotel, le habia dicho a mi hermano que le ayudaria a cerrar algunos negocios, mas bien era meterme a algun servidor tomar algo de informacion util que nos diera herramientas para extorcionarlos, y como se decia antiguamente todos ocultan un muerto en su closet, nuestros clientes.. bueno ellos ocultaban varios.
Me enfunde unos levis y una camisa para luego desvaratar un poco mi cabello y colocarme unos lentes oscuros, no era necesario que todo mundo se diera cuenta de que estaba con resaca.
Encendi el plasma antes de irme para ver que tal estaba la tabla de deportes y luego sali a prisa, ya podia ver la cara de mi hermano ante mi retrazo que ultimamente se estaba haciendo habitual.